martes, 7 de agosto de 2012

CUANDO UNO SABE, SABE!


“Me parece que los planes de mejoramiento son un gasto exagerado de papel, y además de eso, los estudiantes pasan la materia sin secuelas, ellos deberían sentir que lo que hacen es incorrecto y por consiguiente hay consecuencias”.

En un principio, esta columna iba a empezar como una descarga de inconformismo frente a la posición adoptada por un docente de la institución, el profesor Fernando Daza, (él autorizó la publicación de su nombre manifestando que no tenia problema con eso),  el cual llegó a clase el día martes 31 de julio del presente año, como de costumbre saludó y enseguida llamó a los estudiantes que debían recuperar el segundo periodo, nosotros, los que no recuperábamos simplemente: “hagan lo que quieran, gracias a sus compañeros perderemos esta y la próxima clase ya que no hay un espacio específico en el cual ellos paguen el precio de perder una asignatura”

Pensé que este comportamiento era respuesta de un resentimiento generado por el hecho de que los profesores (y todos nosotros) nunca son escuchados y por tal razón nosotros, los estudiantes, seriamos los perjudicados y perderíamos clase. Pero, no podía quedarme con mi punto de vista, así que en una animada plática con el docente logre entender su percepción y la comparto completamente.

El modelo del plan de mejoramiento “mejorado” sería el siguiente:

Empezaríamos con un tutor que acompañaría al alumno en su proceso de aprendizaje a realizar los respectivos trabajos, el tutor debe tener algún tipo de remuneración por parte del estudiante, el cual puede escoger como guía algún alumno destacado, el plan de mejoramiento debería ser desarrollado en su totalidad en el plantel educativo y en jornada contraria a la normal no siendo para el resto de estudiantes un perjuicio. Terminando con el proceso, el estudiante además de haber aprendido, ha estudiado y la única tarea del docente al final seria evaluar.

Luego de esta información, aunque completa, no estaba del todo satisfecha; ya que siendo nuestro caso el hecho de no ser escuchados, las represalias no podrían perjudicarnos, lo correcto por parte del docente es realizar actividades para que los estudiantes realicen mientras los “reprobantes” recuperan su materia; pero Daza no lo hizo, simplemente se centró en los que reprobaron y el resto, como dije anteriormente, “hagan lo que quieran”. En medio de la charla mencioné este aspecto, le pregunte el por qué de no dejar actividades mientras otros recuperan, él, me explicó con mucha propiedad sabiendo exactamente cuál era el motivo de cada una de sus actitudes:

“lo he hecho, en grados onces eso es lo que hago por lo general, porque en ellos puedo implementar pruebas icfes, pero si yo le dejo una guía de trabajo al grado décimo, cuando la esté socializando, aquellos que no la hicieron quedaran perdidos, en cualquier caso hay una desventaja”

Es una de las posiciones más coherentes que he escuchado, por esto quería compartirla, el hecho de sesgar a alguien solo por una actitud no es correcto, por eso hay que entender el porqué de las cosas, y en este caso Daza pasó de ser juzgado a ser admirado.



Dalila Andrea Henao

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