“estamos cortos de tiempo
entonces saltémonos ese punto de la agenda (la oración) si nos queda un poquito
de tiempo al final la hacemos, continuemos”
así empezó la reunión para el ajuste del manual de convivencia de
nuestra institución uno de los docentes el día 10 de octubre de 2012 (miércoles
en plena semana de receso escolar) en la cual debíamos participar estudiantes,
padres de familia, docentes y personal administrativo, mínimo uno por cada
mesa…. Y que tal la sorpresa (que no es tan sorpresa, llevo asistiendo 3 años
seguidos y siempre es el mismo panorama)
había una sola estudiante, yo, y
personal de la institución con familia en ella pasando como empleados y padres
de familia.
En la entrada del colegio me
encontré con la secretaria de desarrollo
humano quién me recibió con una pregunta muy propia de su personalidad pero que
a algunos podría indisponer “¿no se fue de vacaciones?” y como ella otros, “que mamera, yo de usted no
vendría por acá” ¿acaso no deberían
felicitarme por el cumplimiento y la buena voluntad?, aclaro, no necesito una felicitación por eso,
lo hago porque me interesa la institución y si no comparto muchas cosas de ella
lo lógico es intentar cambiarlas, ¿algo mejor que una reunión para configurar
un elemento tan determinante como el manual? En fin, opino que deberían
incentivar a los estudiantes a participar en este tipo de actividades que son
bastante formativas si se llevan con la seriedad propia del caso, pero esa
actitud de “no pasa nada si no asisten” es tan ambigua que me da espacio para
pensar que en realidad no les conviene la intervención de los estudiantes.
Antes de iniciar la reunión
se habló de la graduación del grado once, quinto y pre- escolar y luego, el profesor Carlos Velazco hizo una
afirmación que hace un tiempo “era” utópica: “el nuevo manejo de la
inasistencia de los estudiantes los días lunes en la tarde funciona, cada uno
tiene su correctivo y el índice de no asistencia ha bajado mucho” los profesores que dan clases en la tarde y
yo nos mirábamos con cara de asombro por
ese “triunfo” que nunca hemos presenciado, de que sirven esas
declaraciones evidentemente falsas, ¿estímulo o moral?.
Mi mesa era la única que tenia los
participantes que deberían estar en las demás, los mencionados anteriormente,
así se inició la reunión, cuando de repente llegan casi 15 estudiantes del
grado once obligados por algún docente a participar de la misma, ellos se encontraban
en una clase extra de laboratorio contable y luego de finalizada pasaron a
formar parte de la reunión, a excepción de unos cuantos, la mayoría a la media
hora estaban aburridos, con sueño, hablando, haciendo de todo menos corrigiendo
el manual. ¿Por qué los docentes hacen eso?
Este es un ejercicio propio de los voceros de la institución, ellos no
tenían nada que ver, además, luego de una clase tan estresante como esa ¿Quién
quiere corregir un documento que nunca mas le va a servir? Para mi, a
diferencia de muchos, la reunión no fue fructífera, los cambios no se
comentaron con los estudiantes y como siempre pasan desapercibidos.
Los docentes y directivos
del colegio deben entender que para conseguir una armonía en la institución las
dos partes deben estar en acuerdo, y si el colegio tiene una certificación con
ICONTEC háganlo sentir, no llenen actas ilícitas, cumplan con lo estipulado
para las reuniones, no sean solo “fachada” y mas que nada por favor no nos den
mal ejemplo.
Dalila Andrea Henao.
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