Vuelvo a escribir para esta
columna luego de varias semanas de no hacerlo, ¿Por qué´?, porque me ausente
tres emanas debido a un intercambio a los Estados Unidos. Espero que entiendan,
mi intención con este texto no es causar disgustos, ni mas faltaba, pero desde
que regrese todo es diferente.
Recuerdo perfectamente las
palabras de un psicólogo, instructor en el SENA, que el día viernes 5 de
octubre llego al curso 1002 para aplicar una prueba de ética y valores: “el
colegio es la peor etapa” aclaro que era un punto de vista muy personal, y yo,
Dalila Henao lo comparto desde el principio hasta el fin, “siempre haces lo que
no quieres, eres obligado a ser hipócrita y
actuar de una forma de la cual no eres, ¿de que sirve hacer algo que a
uno no le gusta?”, eso me lo pregunto todos los días.
Mi primer encuentro con personas
del colegio fue el sábado 1 de octubre, dos días después de mi llegada, en el
bazar que daba fin a la semana cultural de los 50 años de nuestra institución,
encontré tres tipos de reacciones frente a mi llegada: unos me saludaron con
gran alegría, abrazos y besos, otros simplemente con hostilidad preguntaron por
los regalos que les traía (estaba preparada para eso) pero lo que mas me
sorprendió fue la amabilidad con la que personas con las que nunca trato me
hablaban y a leguas se les notaba esa expresión fingida en sus rostros. A pesar
de todo fue una buena noche muy llena de alegría y que da lugar a una
felicitación a todos los que la organizaron pues se notaba el orden y fue algo
distinto a lo que normalmente se hace.
El segundo encuentro fue el
lunes, llegar a clase de nuevo fue algo difícil, cambiar de nuevo a esa rutina
que nos consume es complicado, y mi deseo de salir, terminar el colegio y empezar
a buscar mis sueños crecía cada vez más al observar las diferentes actitudes
con las que me tope, desde burlas hasta halagos, ¿y que puedo decir?
Simplemente la presión esta ahí, como una sombra que me acompaña donde sea,
viajé y ahora todos me ven diferente, no faltan ni los envidiosos ni los que
esperan la equivocación, ahora hablar causa temor ya que cualquier palabra en
falso puede significar mucho, o al menos eso es lo que todo el mundo me hace
pensar.
Entonces, ¿Cuál es la conclusión
de todo esto? Es difícil tratar de ayudar a otros cuando la cultura de la
envidia es la que aparentemente rige nuestro país, eso lo vemos todo el tiempo
y por eso no surgimos, por eso nos roban, nos usan, nos maltratan y nosotros el
“toro”, del poema “la cogida y la muerte” de Lorca, simplemente nos preocupamos
por buscar la parte mala del otro mientras corruptos se comen el país.
Hay que cambiar la forma de
pensar, hay que cambiar esta cultura que vive en la ignorancia de un cubo
vacío, del domino de cadenas de poder, en fin, hay que despertar gente, ¡hay
que despertar!
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