El arte y la música
han influido significativamente en la historia del mundo y en las grandes
contribuciones que han tenido aquellos brillantes científicos a la ciencia, a
la física y a las matemáticas, un gran ejemplo de esto fue el señor Albert
Einstein quien antes de ser científico fue violinista, y que según sus palabras
le debe a aquel instrumento y a la música como tal, aquella inspiración y que
fue aquel elemento el cual le permitió dar aquellos pasos gigantes en la ciencia.
El arte es la expresión del alma que desea ser escuchada pero que muchas veces
es poco valorada y poco remunerada por las personas de la sociedad.
En una ciudad como Ibagué,
que se pretende hacer llamar “ciudad musical de Colombia” y hasta de Latinoamérica,
la educación musical y artística que ofrece no es suficiente. Aquel prestigioso
título lo debe tener una ciudad ideal para la música; una ciudad en la cual
esta profesión tan importante como la medicina o como las leyes sea valorada
como tal. La falta de este aspecto supremamente importante en los ámbitos
culturales de las instituciones y de la ciudad hace que Ibagué no sea digna de
llevar su seudónimo.
En
cuanto a las instituciones educativas, solo en 6 de las cientos que hay se enseña
música y solo en 1 existe la énfasis en esta.
Es
triste decir que hacemos parte de todo esto, como un ejemplo de la situación deplorable
que vive la música en la ciudad.
En
Nuestro colegio, escasamente adquirimos una sola hora semanal de una asignatura
que se hace llamar artística, la cual es dividida por periodos, en diferentes aspectos que encierran los campos de la misma (teatro, manualidades etc.),
sin embargo respecto a música como tal nunca adquirimos conocimientos, ya sea
por falta de instrumentos musicales o recursos didácticos que faciliten el aprendizaje
de la misma , pues en la institución existe la persona profesional en el ámbito
que podría perfectamente orientar la asignatura.
La preparación de
personas integrales en la institución le permitirá a la misma no solo tener
profesionales más preparados, sino que también la institución sea llamada
artística y cultural brindándole una mayor oportunidad a la ciudad de que pueda
ser llamada por su seudónimo y permitiéndose a sí misma que no solo sea
nombrada por su énfasis en contabilidad sino que también sea reconocida por una
buena banda marcial, un excelente grupo musical, una orquesta, y porque no un
coro que maneje diferentes voces y distintos arreglos musicales.
Concursos y
representaciones en cuanto a la parte musical, dancística, coreográfica y de
artes plásticas se abren en la ciudad y en distintas partes del país; que bueno
sería que el colegio no pasara por alto este tipo de eventos.
Por parte de los
estudiantes, se espera que si se llegan a abrir espacios para el aprendizaje
musical lo aprovechen y por partes de los directivos se espera que se abran
dichos espacios ya que son indispensables para el sano esparcimiento y para que
Ibagué pueda ser llamada a todo honor “CIUDAD MUSICAL DE COLOMBIA”.
Carolina Rojas Bonilla.
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