domingo, 11 de noviembre de 2012

EL PRIMER FIN DE UN INICIO PERMANENTE

Bueno, creo que esto es el fin…. ¡miento! Estoy segura de que con el equipo del periódico virtual LA NUEVA ERA no dejaremos que todo lo que hemos alcanzado llegue a su fin con simples artículos de opinión, editorial, ambiental, en fin de todas las secciones, ni ustedes queridos lectores ni nosotros merecemos eso, antes que nada quiero que sepan que este es el artículo más difícil que me han pedido que haga, porque sí, el tema de esta ultima publicación es la despedida, una despedida que no quiero dar, pero de eso se trata, como dicen por ahí “todo llega y todo pasa” (es solo este año, tranquilos, estoy segura de que el año entrante volveremos).

El 2012 Fue un año lleno de tantas cosas que nombrarlas una por una sería casi un desafío, este nos dejó de todo, conocimiento, amigos, enemistades, sueños, alegrías y tristezas acompañadas siempre (no por todos) de la mejor energía para que todo resultara bien. Creo que cada uno tiene su punto de vista, en esta ocasión les enseñare el mio:

Sin rodeos puedo afirmar que este ha sido el mejor año de mi vida, no solo por las grandes oportunidades que a lo largo del mismo se me han venido presentando, lo digo, más que nada por el crecimiento personal, la madurez adquirida y la nueva visión del mundo y de la gente que he logrado construir. El colegio me ha dejado una marca imborrable, aunque no lo crean, gracias a este entendí como funciona el mundo real, aquí encontré de todo, siempre he dicho que hay una sociedad completa enfrascada en el NUSEFA, desde ONGs hasta Corrupción, como lo dije en mi artículo anterior, hay gente buena, mala, interesada y demás que día a día de buena o mala forma nos enseñan cómo funciona realmente un país lleno de “rosca” y de bondad a la vez.

Antes de decir adiós quiero disculparme con todos y cada uno de mis lectores si alguna vez se han sentido ultrajados u ofendidos de algún modo, no es mi intención, lo único que busco al escribir este tipo de textos es mostrar una visión del mundo desde los ojos de una estudiante de 16 años que aunque siempre se la pasa criticando no significa que no amara ni ame su institución, solo que nunca esta de más nombrar las imperfecciones para corregirlas, espero que a lo largo de mi trayectoria en el periódico lo hayan logrado entender.

Como algo anexo a mi texto de hoy, que no tiene nada de articulo de opinión y les ruego me disculpen, no piensen que la critica se quedo en letras, fui la encargada de hacer la encuesta para la evaluación del consejo estudiantil ¡pero que maravilla señores! aunque acepto que fue un trabajo tedioso, pude demostrar que es un organismo totalmente inservible y gracias a esa encuesta espero que el otro año sea un poco mas fructífero el trabajo del mismo, además, nunca tuve el tiempo de mencionarlo, pero los estudiantes que usan el transporte público estaban siendo víctimas de una completa injusticia ya que no podían salir de a institución hasta que no salieran todas las rutas, como las últimas semanas de estudio utilicé este tipo de transporte me vi realmente afectada y ahora estoy gestionando un proyecto con “credenciales de salida” para aquellos que usamos el transporte público.

Supongo que la visión critica que me dio escribir esta clase de textos me permitió ver además del problema, la solución, por eso espero que mis compañeros en un futuro empiecen a leer nuestro periódico y mas que nada, espero que sigan nuestro legado, tal vez sigamos o no escribiendo para ustedes, por mi parte estaría orgullosa de seguir informando, además de que aprendo, me da satisfacción cada uno de los elogios de los demás sobre mis escritos, esos elogios tan insignificantes a simple vista, son lo que me impulsan a seguir, gracias por el acompañamiento, por sacar algo de su tiempo para leer lo que a otro (como yo) se le ocurre escribir, le agradezco a cada uno de mis compañeros y los felicito porque desempeñaron un rol increíble como periodistas y a todos les deseo un feliz año, espero que este lleno de éxito, alegría y prosperidad para todos.

Dalila Andrea Henao Gerrero

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